Debo estar haciéndome mayor, porque ya terminó el verano y por primera vez en mi vida no me ha asaltado la nostalgia del fin de temporada, o la melancolía otoñal tan frecuente siempre en mi en años anteriores. Con el verano se fueron los veraneantes con sus niños, muchos apartamentos ya estarán vacíos hasta el principio de la próxima temporada. Las piscinas cerrarán con llave sus puertas de acceso y muchos vecinos desearan poder bañarse sin poder hacerlo. Los bañistas han guardado sus toallas de playa en los armarios hasta el verano próximo (aunque yo sigo yendo a la playa de Los Erasmus, ayer fue el segundo baño del otoño, un día expectacular y el agua estaba deliciosa). Con el tiempo tan maravilloso que tenemos en Málaga durante el otoño y es curioso que la mayoría de la gente ya no visita más la playa hasta el verano que viene, o quizás irán después de Semana Santa cuando el Sol empiece a pegar fuerte.
La luz de septiembre es maravillosa, las nubes hacen que los atardeceres sean especialmente bellos, tiñendose poco a poco de distintos colores hasta que el sol las quema. En muchos aspectos es como el principio del año, los niños al colegio, los que tuvieron vacaciones en el octavo mes del año, vuelven a sus tareas, los estudiantes de idiomas se reincorporan a las Escuelas de Idiomas, los universitarios recomienzan sus estudios y la gente vuelve a comprar discos porque salen muchas novedades incluidas un grandes éxitos de Maddona o el nuevo y anhelado (no solo por mi) de Whitney. Gracias a Dios no todo son descargas ilegales. Todo recomienza y muchos ponemos mucha ilusión en los nuevos proyectos. Es una época de recomenzar, de pasiones renovadas y si surge el amor, debe ser maravilloso tener alguien especial con quien compartir estos días maravillosos del veranillo de San Miguel. Besos para todos, muchas caricias y buena energía derramada por todos los rincones.
