lunes, 31 de mayo de 2010
Jaime Santa-Olalla juega con el desamor en Corazón de mudanza, en DIARIO SUR
Ahi podeis leer el artículo publicado hoy.
sábado, 29 de mayo de 2010
Esta noche en Oslo, Festival de Eurovision 2010
lunes, 24 de mayo de 2010
Las hojas muertas por Yves Montand y Edit Piaf
viernes, 21 de mayo de 2010
El arte más efímero
martes, 18 de mayo de 2010
La noche en blanco y Juan Pablo Gamarro
Comenzamos la tarde viendo unas esculturas y unos cuadros en el hotel Room Mate Larios, luego observamos como terminaban de montar algo en la calle Granada esquina con Mendez Nuñez. De allí fuimos a ver un bonito recital de piano en el patio de los Naranjos y luego un descanso para tomar un tapeo rápido con mi otro buen amigo Alex, y de allí nos desplazamos a la plaza de la Constitución para disfrutar del recital mencionado. Entre el precioso repertorio se pudieron escuchar My way, New York New York, La chica de Ipanema, Fly me to the moon o una de mis favoritas de todos los tiempos, Yesterday. También nos regaló Las hojas muertas, preciosa canción francesa que cantaron hace décadas los sublimes Yves Montand y Edif Piaf.
Videoclip del 13 Festival de Málaga
lunes, 17 de mayo de 2010
Fez, una ciudad fascinante 2
viernes, 7 de mayo de 2010
El muñeco que se hizo hombre - CAC
Hace unos meses comencé un curso de Edición y Montaje de Video en el que estoy aprendiendo muchas cosas. Aquí os dejo mi primer trabajo más serio ya montado. La idea fue de unos compañeros de grupo y ellos mismos grabaron unos planos increíbles que hicieron posible este pequeño anuncio. Y otro de esos compañeros hizo de actor, cuyo parecido con el muñeco del CAC fue más que aceptable. Unos pantalones negros, una camisa blanca, unos zapatos oscuros y voila! Espero que os guste.
La historia del anuncio podría resumirse asi: Flaquito, era un muñeco que vivía en la puerta de un museo. Pasaba las horas, los dias, las semanas allí inmóvil, sin poder hacer otra cosa que no fuese ver el movimiento de gente a su alrededor, entrando y saliendo del museo. Pero todos los días 7 de mayo, Flaquito cobraba vida. Se convertía en un muchacho alto y espigado y tenía la oportunidad de dar un paseo por el museo, entrar en las distintas salas, contemplar sus cuadros, sentarse en un banco y ensimismarse observando arte. Pero solo podía hacerlo durante veintisiete minutos. Pasado ese tiempo, debía volver a su forma original de estatua y esperar 365 días para que llegase de nuevo el 7 de mayo...