Después de un viaje terrible, desde su Colombia natal, por avión, autobus, por agua, atravesando un caudaloso río con una especie de tirolina, y encerrados en enormes troncos, Marlon y Reina, consiguen pisar suelo estadounidense, llegando a Texas. Encuentran alojamiento en una pensión de mala muerte, con un plano soberbio que abre la película, mostrando desde arriba, los diferentes quehaceres de los pobres inquilinos de esas mini habitaciones. Marlon y su novia, que lo trata con desdén y desprecio, discuten, tras lo que él sale a la calle a fumar un cigarro, y la aparición de dos policias lo atemoriza y huye corriendo, perdiéndose en una ciudad de 18 millones de habitantes. Y es en este momento cuando empieza la aventura real de la película, cuando el pobre Marlon, se encuentra perdido en una deshumanizada Nueva York, sin dinero, sin equipaje, sin su amada Reina y descubre las dificultades para abrirse camino en una cuidad en la que si no eres un turista de vacaciones, lo tienes realmente crudo, aunque por fortuna, aun existen personas dispuestas a brindar una mano amiga en el momento indicado.
La película tiene muy buen ritmo y su brillante montaje, combina la odisea del viaje hasta llegar a Estados Unidos, con la otra odisea de encontrar un lugar donde poder dormir, conseguir un plato de comida caliente o un trabajo, para un sinpapeles joven y tremendamente atractivo.
Los actores están francamente bien, destacando especialmente Aldeamar Correa en el papel de Marlon, Ana de la Reguera, en el de Milagros, y el siempre interesante John Leguizamo en un papel cómico y excentrico. La historia engancha desde el principio y te mantiene pegado a la sila durante los ciento diez minutos de metraje con una música bien elegida que nos acompaña durante todo el viaje de los dos protagonistas.
Tuve la suerte de ver esta película en el 12º Festival de Malaga y la recomiendo a todo el que desee ver una buena historia, contada con pulso narrativo y potencia visual, dirigida por el talentoso Simon Brand, adaptacion de la novela homonima de Jorge Franco.