lunes, 30 de enero de 2023

Tár de Todd Field

Primera crítica del 2023. Últimamente no solo he recuperado la buena afición de ver películas en pantalla grande sino las ganas de escribir mis críticas de cine. Y a las 22.30 estoy puliendo el texto que empecé esta tarde.

El sábado pasado me enfrenté al visionado de Tár sabiendo exclusivamente que su protagonista era una directora de orquesta, interpretada por la grandiosa Cate Blanchett y poco más. No quise ver más de 25 segundos del trailer para mantenerme virgen ante esta historia que me atraía sobremanera, a pesar de no saber casi nada. Y desconozco la razón. Lo poco que vi del traíler me produjo fascinación.  El director me sonaba, pero no ha sido hasta después de verla cuando he descubierto que también dirigió En la habitación, una dura historia con excelentes críticas que estuvo nominada a varios premios Oscar pero que se fue de vacío. Yo la ví, pero lo único que recuerdo de ella es que me gustó.


Tár es una película compleja. Su protagonista lo es. Una mujer con un carácter fuerte, masculina en sus andares y en sus formas. Dominante. Ruda. Y con la que me resultó difícil empatizar. Las secuencias se caracterizan por unos planos muy largos. La cinta empieza con un larguísima secuencia sobre la entrevista que le hacen a Lidia Tár en un auditorio en un acto organizado por The New yorker. La secuencia es una entrevista normal, con sus preguntas y sus respuestas y con un prólogo en el que el entrevistador hace un extenso resumen de la trayectoria de Tár que se hace un poco interminable.

Como personajes secundarios destacan la asistente de la directora, interpretado por Noémi Merlant, la pareja de Lidia interpretado por Nina Hoss o una contrabajista becaria que entra a participar en la orquesta a mitad de la película.

En contra tiene varios factores. Primero, su duración. Pero a pesar de sus 158 minutos no se hace larga porque es muy entretenida, su complejidad te va atrapando y al menos a mi, me interesó durante todo su metraje. 

Otro punto negativo es su guión, un poco lioso con unos cuantos cabos sueltos. Hay varias historias que o no están explicadas, o no lo suficientemente. Es de esas películas que se presupone están hechas para un espectador inteligente y avezado, pero yo no debo ser de este tipo, pues no me enteré bien de algunas secuencias.  Secuencias como la caida de Tár, la del perro en la casa abandonada o las de la vecina.

Otro punto negativo es la ausencia de música orquestal en los casi 160 minutos. Realmente me llamó la atención la falta de interpretaciones musicales de la orquesta.  ¿Por qué no incluyó más?

La película transcurre mientras Tár está preparando una sinfonía de Malher que será su consagración final.

 

Puntos fuertes, Cate Blanchett hace muy creíble su personaje, aunque no me parece digno ni de tanta loa ni de tanto premio. Pero cuando empieza la temporada de premios, siempre hay una favorita, y este 2023, la Blanchet parece la actriz protagonista favorita.

La fotografía me gustó mucho. Hay poco colorido. A ratos parece estas viendo una película en blanco y negro. Gran trabajo sin duda.

Me llamaron la atención los largos créditos iniciales, que o no suelen salir al principio, o solo salen de forma reducida.

Tuve la desgracia de ver la película en versión doblada. Cero halagos para la chillona actriz de doblaje. Tendría que volver a verla en versión original, pero quién se enfrenta de nuevo a esos 158 minutos, que aunque he mencionado la duración varias veces, no se me hizo nada larga.

Y como anotación final, añadiré tres  epílogos.

Uno. Leí que Todd Field escribió el guion durante la pandemia. Lo escribió pensando que lo dirigiera otro. Pero le insistieron para que la hiciera él. Cuando Blanchett aceptó el papel para la que Todd había escrito, aceptó a dirigirla.

Dos. Me fascinó la escena del plano contrapicado en la que Tár dirige a su orquesta. Su coreografía de brazos y cuerpo me parecio magistral. No durará más de 7 segundos, pero de verdad que me produjo fascinación.

Tres. En el programa de Julia en la Onda, comentaron que un personaje como el de Tár debía haber sido protagonizado por un hombre, porque ellos son más propios a ese despotismo que caracteriza al personaje, pero yo lanzo una pregunta. ¿Es que no hay mujeres déspotas, que abusan del poder en cuanto llegan a él? Yo respondo. Claro que las hay.