miércoles, 21 de noviembre de 2018

El silencio de otros, de Almudena Carracedo y Robert Bahar

Algunas veces las críticas tardan en llegar, tardan en escribirse. A mi personalmente me gusta empezar a escribirla el mismo día del visionado de la película y continuarla y rematarla al día siguiente, si es que no he podido concluirla de una tacada. 
Pero esta crítica llega en el justo momento cuando acaba de estrenarse en la salas españolas el esperado documental El silencio de otros, un impresionante y riguroso trabajo que toca tres asuntos distintos: la necesidad de buscar y enterrar a nuestros muertos, el robo de niños recién nacidos a jóvenes madres recién paridas durante el franquismo a manos de médicos y monjas, y casos de víctimas directas de torturas, que aun viven. El documental es sobre el presente de los afectados que bucean en el pasado buscando respuestas. 

Deben ser las cuatro menos cuarto de la tarde del domingo 19 de febrero de 2018 cuando escribo estas notas en el cineforum que se produce en la sala tras la proyección por tercera vez en la Berlinale de este prodigioso documental. El público en pie, conmovido y aplaudiendo durante varios minutos me sobrecoje. Imagino entre el público alemanes, gentes de otros paises, tal vez algún español, aparte de Almudena y del que escribe estas líneas ahora. El documental tiene el ritmo del thriller, la fuerza del mejor drama, un ágil montaje y un guión que se basa en las experiencias reales de mucha gente que se despoja del pudor para hablarle a la cámara de lo que sufrió hace muchos años. Más de cuarenta. El documental gustó tanto en el Festival de Berlin que lo premiaron con el Premio del Público. 

El documental se inicia con unos planos de unas  grandes figuras humanas (que sirven para darle forma a un cartel muy llamativo) que se erigieron en homenaje a todas las víctimas fallecidas durante la guerra civil, en un municipio que no recuerdo ahora. Lo que si recuerdo es que esas figuras, una vez levantadas, recibieron unos disparos que dejaron incrustados unos orificios en el hormigón. El artista al verlo, dijo "ahora ya están completas". Sin palabras. Nudo en la garganta. También sobrecoge el testimonio de una señora que debe rondar los ochenta años hablando de la búsqueda del cuerpo de su madre, que debe estar debajo de una carretera, a la que va de vez en cuando a llevar flores.

Cuando El silencio de otros se estrenó en la 68 edición del Festival de Berlin, el documental no tenía fecha de estreno. Ni nada aproximado. A pesar de estar producida por  Pedro Almodovar. 
Almudena creció en una sociedad politizada, la gente le decía que por qué otra vez. Había vivido 12 años en Estados Unidos con Robert, la otra mitad de la dirección que es norteamericano. Allí, a miles de kilómetros, estudiaron sobre España, fueron descubriendo casos que merecían ser investigados. En la prensa española, en la semana de la Berlinale "El mundo" mencionaba 3 obras que participaban en el Festival, como La enfermedad del domingo, de Ramón Salazar, pero no mencionaban The silence of others. Omisión total. De nuevo se hace el silencio. Pero otro tipo de silencio.

Durante el cineforum, rememoraron que en el estreno en la Berlinale, dos días antes de esta proyección, subieron hasta 24 personas al escenario. Equipo de la película y personas que han participado en ella. Seguro que fue muy emocionante. Me hubiera encantado vivirlo.
Almudena nos contó que su hija tiene 7 años, los años que ha estado trabajando en el documental, y nos confesó que se ha perdido muchos momentos de su hija y ha debido sacrificar vivencias en el largo proceso de filmación, que pudieron llevar a cabo con con la ayuda de canguros que la cuidaron durante todo este tiempo. 450 horas de grabación con una sola cámara, 14 meses de montaje durante los cuales tienes que tomar muchas decisiones, sobre lo que se queda dentro y lo que no. Un proceso que debe ser arduo. Sobre la historia de niños robados, sorprende que no haya aun una plataforma creada para investigar los cientos de casos. Nos parece éste, un tema que daría para más de un documental, sobre las vidas de esos niños, ahora adultos, en búsqueda de sus madres biológicas.
El silencio de otros nos parece una obra trágica, monumental, demoleadora. Pero que deja un hueco para la esperanza. Una obra que merece un segundo visionado que se producirá en cuanto se estrene en Málaga el 23 de noviembre. Para mí aquí, en esta película, no se habla de partidos políticos, ni de derechas ni de izquierdas. Hablamos de justicia. Yo me pongo en la piel de cualquiera de esas personas, y desearía poder encontrar y enterrar los restos de mis antepasados. Siento empatía por todos ellos, porque siempre he sentido una necesidad de justicia muy enraizada dentro de mi. Sea el caso que sea, mi naturaleza pide justicia. 
En el documental se habla de " la querella argentina" que pretende desactivar la Ley de Amnistia que se firmó en 1977, al principio de la transición. Se menciona una frase que me parece incontestable, el perdón es individual. La sociedad no puede impartir un perdón que no le corresponde por ti mismo. El estado no puede perdonar por todos.  Los delitos de lesa humanidad no prescriben y ningún estado debería impedir que sean juzgados.
Sentía que tenía una deuda con este brillante y sobrecogedor documental visto hace 9 meses y con Almudena a la que le prometí mi crítica en mi blog de cine. Y ahora, como si hubiese sido un parto, aquí os comparto mi humilde crítica y os lanzo una recomendación de que busquéis el cine más cercano donde proyecten El silencio de otros y vayáis a verlo. Seguro que os hará pensar. Si he conseguido que una sola persona vaya a verlo, habrá merecido la pena esta humilde crítica.


viernes, 16 de noviembre de 2018

Sin fin, de Cesar Esteban y Jose Esteban Alenda

Aprovechando que Sin fin se ha estrenado hace poco y que se mantiene en la cartelera dada la buena acogida que está teniendo, os comparto de nuevo la crítica que escribí durante el pasado Festival de Málaga celebrado en abril.

Pasando el ecuador del certamen malagueño, tuvimos la oportunidad de ver la opera prima de los hermanos Alenda "Sin fin", con María León Javier Rey,  una mezcla de ciencia ficción e historia de amor, aunque destacó más la parte romántica. El argumento puede resultar un poco complicado:  Javier a sus 70 años inventa una máquina del tiempo, y decide viajar con su yo de los 30 hasta el pasado de su yo de los 20 para intentar arreglar la relación que tuvo con María para evitar que ésta se intente quitar la vida en el pasado. Los tiempos pueden resultar un poco liosos porque la trama es un constante ir y venir en el tiempo, y quizás este puede ser el punto negativo de la película. 

A pesar de eso el guión nos pareció interesante. Las interpretaciones de ambos sobresalientes. Distintos cortes de pelo y una barba hacen que el ir y venir en el tiempo no sea confuso. Me pareció especialmente interesante los cambios de registros de ambos personajes, por un lado, en el pasado de los 20, más jóvenes e inocentes, y por otro lado, en el pasado de los 30, más maduros y reflexivos.
El momento en el que los dos jóvenes se conocen en un buho (autobus nocturno) nos parece llena de magia por lo brillante del guión y por unas actuaciones chispeantes. 

La historia, cuya bella fotografía llena de luz es de Ángel Amorós, está basada en su anterior cortometraje "Not the end" cuyos personajes fueron interpretados por los mismos actores. Y queremos destacar una maravillosa banda sonora original de Sergio de la Puente. La película está coproducida por Producciones Transatlánticas, Solita Films y Eladia.

Como referente comentaron en la rueda de prensa posterior a la proyección, la película "Olvídate de mi". Vivieron un rodaje complicado e intenso en pleno verano, que se desarrolló entre Madrid, Conil de la Frontera y el Valle del Guadalhorce (Málaga). Una historia de segundas oportunidades que nos lanza una pregunta, ¿qué estamos dispuestos a hacer por amor? "Sin Fin" que estará distribuida por Filmax aún no tiene fecha de estreno.

Una vez se ha conocido el Palmarés, queremos dar la enhorabuena a Javier Rey por la Biznaga de plata a la Mejor Interpretación.

jueves, 15 de noviembre de 2018

Tu hijo, de Miguel Ángel Vivas

Ayer tuvimos oportunidad de ver uno de los últimos estrenos españoles en la cartelera. El thriler psicológico Tu hijo, una historia sobre un cirujano, interpretado con solvencia y maestría por José Coronado,  cuyo hijo ( Pol Monen) recibe una brutal paliza, a la salida de una discoteca,  que lo deja en coma.

Entonces viendo que la policía se queda de brazos cruzados ante la investigación del caso, decide emprender un viaje a los infiernos buscando justicia y venganza. Tu hijo se presentó en el reciente Festival de Valladolid - Seminci. 


La aparición del dueño de la discoteca por el hospital en el que está ingresado su hijo, aumenta la curiosidad del padre y del espectador por conocer más de una trama que va enganchando lentamente adentrándose en en unos terrenos pantanosos, en un camino sin retorno. 

Nos ha gustado la manera de rodar de Vivas, con abundante plano fuera de foco. Lo que al principio parece una historia intimista sobre una familia normal, en apariencia perfecta, compuesta por el matrimonio (formado por Coronado y la siempre creible Ana Wagener) y dos hijos adolescentes, pero el tono y el género pronto se deslizan hacia el cine negro. La música apenas suena, en una historia sobre la desolación de un padre que busca justicia, pero cuando lo hace, lo hace con la fuerza y la belleza de un saxo solista. Como escenario, la ciudad de Sevilla, que ofrece una luz pocas veces disfrutada en la gran pantalla. 
Tu hijo tiene personalidad, tiene alma. No es un thiller al uso, de esos de víctima de una paliza que queda en coma, que aparecen de vez en cuando en los multicines. Tu hijo habla de la falta de justicia, de la violencia incrustada en nuestra sociedad,  habla de la presencia casi permanente en esa violencia en la que nuestros más jóvenes son continuamente protagonistas con el móvil siempre encendido, a menudo grabando y capturando el momento. También habla de la enorme incomunicación entre padres e hijos, de lo poco que los mayores saben sobre sus menores, en conclusión, del abismo intergeneracional. Vivas habla de todo esto, de una forma desafectada, sin dar un discurso moralista, ni posicionarse en un lado en en otro. 
Un ejercicio contenido que zarandea al espectador y lo deja pensativo a la salida de la sala de cine. 

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Bohemian Rhapsody, de Brian Singer




Por fin se ha estrenado el largamente esperado biopic sobre unas de las mejores bandas de rock de todos los tiempos y sobre su carismático cantante, Freddie Mercury. Todo empieza con una potente secuencia con los preparativos de uno de los conciertos del siglo XX, el Live Aid, auspiciado por Bob Geldof. Un concierto simultaneo en dos ciudades, Londres y Filadelfia, que agrupó a todos los artistas más importantes de aquella época en el primer gran concierto benéfico para recaudar fondos para África.  Del concierto en Filadelfia fue la famosa canción We are the world.

Y de ahí se hace un flashback que nos lleva hasta un Freddie muy joven en su Londres natal (en realidad no nació alli, pero no digo dónde para no hacer spoiler)  cuando conoce a los componentes de lo que sería su primera banda, Smile. Y de ahí a los principios de Queen y a los procesos creativos para el tema que da titulo a la película y que se ha convertido en todo un himno. 

Esa secuencia del parto del tema que los catapultó directamente al número 1 y al estrellato internacional, es de las mejores de toda la película, mostrando la increíble creatividad de un Mercury en estado de gracia que luchaba por no repetirse y cuya ansia por trascender con su música es una de las características más destacables del film. En cuanto se oyen los primeros acordes de temas como "Another one bites the dust" o "We will rock you" el espectador conecta al segundo con la fuerza de su música y cuesta no empezar a bailar o a mover la pierna sentado en el cine.
Hay que destacar el excelente trabajo que han hecho para elegir a los actores que interpretan a Brian May o a los demás miembros de la banda. Realmente asombroso su parecido con ellos. 

Poco a poco somos testigos de su trasformación....de la melena inicial....pasará al pelo corto y ese bigote tan característico suyo. En la película se nos presenta a un desconocido Freddie heterosexual al principio, al que le dura bien poco su relación con Mary, personaje vital en momentos cruciales de la trama. Poco a poco se va abriendo a explorar su (homo)sexualidad en una espiral de alcohol y drogas que lo lleva, entre otras cosas, a alejarse de la banda. El director prefiere centrarse en el perfil artístico de Freddie y dejar en un segundo plano su sexualidad, una opción como cineasta totalmente válida, pero que muchos han criticado.  

Como puntos negativos, la excesiva prótesis dental que Malek debe llevar hacen que cueste al principio hacerse con el personaje.  
Rami Malek, actor de origen egipcio nacido en Estados Unidos da vida con solvencia y carisma a un personaje nada fácil, no sólo fue un cantante carismático y lleno de fuerza. Entre sus excentricidades está la de comprar una casa y darle una habitación a cada uno de sus gatos. Mercury fue un personaje tan público, tan conocido por todos que parece difícil de separar al actor (Malek) del verdadero cantante, pero quizás éste es uno de los logros de Bohemian Rhapsody. La elección de su protagonista que desde Toto y Amigos nos parece sumamente acertada. Veremos si recibe una nominación a los Globos de Oro que se anunciarán el próximo 6 de diciembre.

Hasta que llegó la película, la búsqueda en google de Bohemian Rhapsody nos daba como único resultado el título de la famosa canción de Queen. Pero desde que empezó a rodarse la película, las búsquedas aportarían dobles resultados, para la canción y la película. 
Como curiosidad...si buscamos Freddie Mercury, entre las primeras imágenes.... aparecen varias de Rami

Yo nunca he sido nada rockero, ni admirador del sonido del punteo de la guitarra eléctrica y tampoco  fan de Queen, pero eso no quita para sentir cierto respeto y vibrar como el que más con temas de la banda que ya son verdaderos himnos para varias generaciones como "Another one bites the dust", "I want to break free", "Under pressure", "Radio Gaga", "We are the champions" o "Somebody to love".
Los prolegómenos anteriores al concierto más grandioso de todos los tiempos, el famoso Live Aid es también otra de las secuencias más memorables de una película que engancha desde el primer minuto. 
Quizás podrian haberle dado algo más de tiempo en pantalla al tema del Sida y haber aportado algo nuevo en el tratamiento sobre una enfermedad que se llevó a miles de víctimas en los años 80 y 90. La película termina en 1985 aunque Freddie Mercury fallecio en 1991, muy poco tiempo después de hacer público que era seropositivo.
Desde luego, aunque nos ha gustado mucho Bohemian Rhapsody, no es la película definitiva sobre este carismático cantante....vendrán otras....estoy seguro!