sábado, 20 de enero de 2024

El club del odio, de Beth de Araujo

Hace unos meses tuve la oportunidad de ver en Filmin,  El club del odio, que toca un tema desgraciadamente siempre de actualidad, y más aún en los últimos tiempos con el ascenso al poder de la ultra derecha en países, como Polonia, o Italia, por decir algunos. Hablo de la xenofobia.  

La historia trata sobre la creación de una asociación para defender la raza aria. Todo se inicia con la reunión de un grupo de mujeres blancas, heterosexuales y de un nivel socioeconómico medio, a las que les molesta la simple existencia de otras mujeres no americanas que tienen derecho a ayudas o a trabajos en su entorno. 
Al principio de la cinta, hay una escena donde Emily, la profesora protagonista del filme, le pide a uno de sus alumnos de unos 8 años que le recrimine a la limpiadora de origen no norteamericano por estar fregando el suelo del exterior de la escuela porque alguien podría resbalarse y hacerse daño, y ya desde el inicio se percibe una maldad malsana en esa mujer, de apariencia dulce y apacible. Todo pura fachada.
La particularidad de El club del odio, una cinta opresiva, fascinante y escalofriante a partes iguales. es que todo sucede en tiempo real y está rodada en un solo plano secuencia de 91 minutos. La película te engancha desde el principio y ya no puedes dejar de mirar hasta el último fotograma; debo admitir que en algunos momentos se pasa francamente mal, pero esa era la premisa de la directora, causar incomodidad en el espectador, y claro que lo consigue. 
El club del odio habla de lo dramáticamente fácil que resulta pasar de un discurso racista a los actos violentos. La directora, hija de madre chino americana y padre brasileño, utiliza con inteligencia el fuera de campo, aunque en algún momento pueda parecer un error de filmación. 


El reparto lo componen un puñado de actrices desconocidas como Estefanie Estés, Olivia Ducardi, Eleanore Pienta o Dana Millican. El título en inglés (Soft & quiet) es menos explícito que el traducido al español y por una vez me quedo con el elegido en castellano. Como particularidad os contaré que El club del odio se rodó en tan solo 4 días.  
La imagen elegida para el post, es el apple pie  casero con la cruz esvástica que lleva  una de las protagonistas a la merienda del inicio de la película. 
La directora se basó en experiencias propias o que había escuchado e investigó sobre las mujeres del Ku Klux Klan encontrando el hastag #tradlife. Mujeres que tras la máscara de familia tradicional, esconden y promueven un discurso racista. Mujeres muy populares en las redes sociales, con miles de seguidores y que incluso escriben libros. Para echarse a temblar.