sábado, 23 de febrero de 2019

Green book de Peter Farrely

 
Tony Lip (Viggo Mortensen), un italoamericano del Bronx, es contratado como chófer del virtuoso pianista negro Don Shirley (Mahershala Ali), durante una gira de conciertos por el Sur de Estados Unidos, en la que deberá tener presente "The Negro Motorist Green-Book", una guía que indicaba los pocos establecimientos donde los afroamericanos estaban "autorizados".
 
 
Lo que empieza como una estricta relación laboral se va transformando poco a poco en una profunda amistad entre dos personajes antagónicos, uno, rudo, violento y vulgar, y el otro, un afroamericano cultivado, detallista y extraordinariamente sensible.
El título de la película hace referencia al libro que debían usar los negros (aquí prefiero usar esta palabra)  para conocer los alojamientos en los que su presencia estaba autorizada, ya que la gente de color tenia vetada la entrada en multitud de lugares; además en los autobuses tenían asientos reservados "only for coloured" y en determinados alojamientos, solo podían usar unos baños en el exterior habilitados solo para los negros, tal y como se puede ver en una poderosa escena de la película. Incluso recuerdo haber visto en otras películas baños separados por razas.  Desde aquí aprovecho para recomendar el visionado de otra gran película sobre el tema de la segregación "The help" en España se llamó "Criadas y señoras"

El recorrido geográfico, basado en hechos reales,  que Don Shirley y Tony hacen por los estados sureños de la América profunda durante la época de la segregación, con un rico trasfondo social, es paralelo al recorrido vivencial de estos dos hombres con grandes diferencias socioculturales y cuyas vidas confluyen en una conexión intercultural alucinante que hará de catalizador para ambos, y su relación de amistad trascenderá a su color de piel y sexualidad, y dará una lección de humanidad en una película que me ha conmovido especialmente. No me resulta fácil emocionarme en el cine,  y en esta película se me saltaron las lágrimas en varias ocasiones.

 
Sus interpretaciones son magistrales, cada uno en un personaje completamente opuesto al otro y cuyas personalidades parecen destinadas a nunca entenderse. Mortensen está inmenso en la elaboración de su personaje pero Ali es quizás el que más me ha conquistado en un papel que está cosechando premios allá por donde pasa.
La puesta en escena es sencilla, el guion brillante e inteligente, combinando con maestria el drama y la comedia, y las escenas de los conciertos son fabulosas, con todos esos blancos entusiasmados con el arte de Don Shirley, que vivía en Nueva York, sobre el majestuoso Carnegie Hall.
Me ha gustado como van evolucionando las cartas que Tony le envía a su esposa durante los dos meses que está fuera, gracias a la ayuda de Don. Unas cartas pueriles y sin mucho condimento se van trasformando en unas líneas llenas de poesía y romanticismo. Hay algunas escenas para resaltar como la del último concierto en Birminhgam, la actuación en el local de los negros, la dura escena en el YMCA o la de la cena de Nochebuena. Cabe destacar el personaje de la mujer de Tony, lleno de ternura y de pasión, interpretado por Linda Cardellini .
Veremos qué pasa mañana en la ceremonia de los Oscar y si Ali se lleva su segundo premio tras el obtenido hace un par de años por su rudo y duro personaje en Moonlight, de Barry Jenkings.
 

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